La solidaridad es un valor que todos deberíamos practicar e inculcar a los más pequeños, todos los días del año, sin embargo es indiscutible que durante la época navideña las personas suelen estar más receptivas a la colaboración.
Esto puede tener una explicación en la cultura católica que hay en gran parte de Iberoamérica que integra a la solidaridad como uno de sus valores estructurales, y es durante el último mes del año que explota esta consciencia caritativa en muchas personas, a lo mejor para reducir los cargos de conciencia que muchos tenemos durante este período que conecta al fin de año con el exceso de consumo que se deriva de las compras navideñas.
No es casualidad que diciembre sea el mes elegido por muchos países y fundaciones para realizar sus galas solidarias por televisión nacional, sin embargo la solidaridad como anuncio, se termina con el brindis de fin de año.
La Navidad es un evento único mientras que las necesidades permanecen.
El 1 de enero se termina el tiempo del turrón, pan de pascua y para algunos también el tiempo de la solidaridad, la televisión nacional vuelve a la programación habitual y todos retomamos nuestras tareas cotidianas, pero las necesidades de los más vulnerables siguen ahí, sólo que ya no las vemos.
¿Cómo transformar un valor en un hábito?
La solidaridad, como valor, se puede demostrar hasta en los detalles más pequeños: ceder un asiento en el transporte público, ayudar a alguien a cargar un paquete pesado o incluso donar a una causa benéfica durante el período navideño. Sin embargo, cuando hablamos de una persona solidaria nos estamos refiriendo a un hábito, a alguien que practica la solidaridad regularmente y con gusto.
“Ser solidarios nos hace sentir mejor”
Hay estudios que afirman que al ser solidarios sentimos una satisfacción personal que nuestro cerebro entiende como un premio y reacciona aumentando los niveles de felicidad, por lo que contribuir al bienestar de otras personas terminará construyendo una sociedad más feliz. Lo mejor de esto, es que hay infinidad de formas y caminos de ser útiles y ayudar a otras personas, todos los días del año, no sólo cuando el reloj da las 12 en nochebuena.
clycme una herramienta que activa ese espíritu solidario de enero a enero.
clycme es una plataforma que vincula empresas con diferentes causas sociales y medioambientales que necesitan apoyo para poder causar impacto en una comunidad específica, garantizando la transparencia y trazabilidad de los fondos y reportando en tiempo real los objetivos de impacto alcanzados.
¿Cómo lo hacemos?
En primer lugar, realizamos un diagnóstico de la empresa para poder asignarles las fundaciones que mejor la representan y las causas que podrían potenciar en conjunto. Una vez que ambas partes acuerdan la causa a beneficiar, se planifican las actividades que la fundación debe ejecutar con el dinero recaudado y se definen los objetivos de impacto que la misma debe ir reportando en forma precisa, informando los gastos ejecutados y resultados logrados con las donaciones en tiempo real.